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Lejos de la polémica en torno al estado de su matrimonio con Meghan Markle y lo distanciada que parece estar la pareja, el Príncipe Harry sigue siendo noticia en Estados Unidos. Esta vez, una organización conservadora sin fines de lucro acusó a Britten de “incitar y alentar el uso de drogas ilegales” en su libro autobiográfico Spare, según registros judiciales.
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En mayo de este año, se supo que la Fundación Heritage presentó una demanda en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito de Columbia, exigiendo que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) proporcionara una copia de los registros de inmigración del príncipe.
Entre los argumentos, se argumentó que había un “interés público abrumador” en Harry y la forma en que optó por la visa, ya que, según el think tank, era necesario saber si había admitido el consumo de drogas antes de obtenerla. . Autorización de entrada legal a los Estados Unidos.
En Spare, el rey, quinto en la línea de sucesión al trono del Reino Unido, admitió que había consumido cannabis, cocaína y setas alucinógenas, además de revelar que “los psicodélicos le hacían bien”. En ese sentido, también reveló que experimentó con ayahuasca, una planta milenaria que crece en el Amazonas y tiene propiedades alucinógenas.
Es bien sabido que durante la adolescencia del Príncipe y después de cumplir 20 años, era común que los fotógrafos lo capturaran de fiesta en Europa, donde solía estar rodeado de alcohol y descontrol.
Sin embargo, según reveló en sus memorias, la fundación se dio a la tarea de demandar al DHS basándose en la Ley de Libertad de Información (FOIA), alegando que los británicos pudieron haberle dado un trato favorable cuando solicitó ingresar a EE.UU. visa
Newsweek fue el primer medio en informar sobre la demanda presentada por la Heritage Foundation, seguido por el británico Daily Mail. El periódico estadounidense informó que tuvo acceso a los expedientes judiciales y pudo verificar las afirmaciones de la fundación. “El caso surgió principalmente porque Su Alteza Real admitió voluntariamente –y con gran ventaja– en su libro que había violado el uso de sustancias controladas. De hecho, algunos dicen que se llega incluso a alardear y alentar el uso de drogas ilegales”, se lee en parte del texto.
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