La ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, confirmó el jueves que un avión que transportaba a 60 migrantes venezolanos deportados de Chile no pudo despegar porque Venezuela “no permitió” que el vuelo despegara y aterrizara en su territorio.
“El gobierno de Chile ha hecho amplios y diversos esfuerzos para permitir que el proceso de deportación avance (…) Tomaremos medidas al más alto nivel diplomático para resolver este tema”, dijo Tohá.
Como explicó anteriormente el viceministro de Hacienda, Manuel Monsalve, estas personas han sido identificadas, la Policía de Investigaciones (PDI) los ha detenido y se ha fletado un avión para devolverlos. A partir de ahora, según la ley, sólo podrán estar detenidos cinco días, por lo que si no son deportados dentro de ese tiempo deberán ser liberados.
Monsalve anunció el fin de semana nuevas medidas destinadas a facilitar la deportación de inmigrantes indocumentados que cometen delitos en Chile. Entre ellos, la autorización de la PDI para ingresar a domicilios para detener a personas que tengan órdenes de expulsión y se reduce de 10 a 5 días el plazo de apelación para quienes serán expulsados de la escuela.
Además, las autoridades explicaron que estaba preparando un viaje a Venezuela que esperaba poder completar -dijo- antes del 15 de diciembre con el fin de llegar a un acuerdo con el Gobierno de Nicolás Maduro sobre este tema.
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“Se están haciendo todos los esfuerzos posibles para retomar el diálogo diplomático, las negociaciones de seguridad, proponer acuerdos y reunirse cara a cara con ellos”, afirmó hoy el viceministro.
El gobierno del partido progresista Gabriel Boric ha destinado 1.400 millones de pesos adicionales (1,6 millones de dólares) para fletar dos vuelos comerciales y un vuelo adicional de la Fuerza Aérea para llevar a cabo deportaciones extranjeras. Según afirmó este miércoles la propia Tohá, los vuelos partirán hacia Venezuela y Colombia o República Dominicana.
La junta ejecutiva planea deportar a 2.600 inmigrantes en 14 meses.
Chile vive una crisis de seguridad que atraviesa el país y que ha dominado la agenda política y mediática.
Según la Oficina de Prevención del Delito, en 2022 los asesinatos aumentaron un 33,4% respecto al año anterior, la segunda brecha más grande en América Latina después de Ecuador, donde aumentaron más de un 80%.
Según las autoridades, en las últimas semanas se han producido varios secuestros muy publicitados para pedir rescate y un ataque con granadas a un agente de policía, en todos los cuales participaron extranjeros.
La oposición ha advertido que si el Ejecutivo no deporta a 12.000 inmigrantes con órdenes de expulsión antes de final de año, presentará cargos constitucionales contra el jefe de Interior.