Carlos Fuentes, asesor jurídico de la Diócesis de San Cristóbal y asesor de familias del estado Giaihira, informa que actualmente la ayuda que llega del exterior es muy limitada y son muy pocas las personas de esta organización.
Nancy Porras | nación
Sin suficiente comida, los abuelos tuvieron que vivir en diferentes casas en el estado Táchira. La situación es muy difícil porque no tienen proteínas. Muchos de ellos no cumplen con el tratamiento médico porque no hay medicamentos.
El doctor Carlos Fuentes, asesor jurídico de la Diócesis de San Cristóbal y asesor de familias del estado Giaihira, informó que actualmente la ayuda incluso proveniente del exterior es muy limitada y de la gente de la organización también muy poca.
– ¿Qué es lo más necesario?
—Todos tenemos defectos en cada hogar. Hay semanas en las que no hay proteínas para abastecer a nuestros abuelos, los medicamentos también escasean, realidad que se agrava por el alto costo de los medicamentos y no tenemos suficiente financiación para comprarlos.
– ¿Y la ayuda que recibieron de Colombia?
— Ahora ya no existen y esto no garantiza una atención adecuada a los abuelos. Se acerca la Navidad y quieren hacer el hallacazo del 2023, pero es muy difícil porque hace falta de todo.
El pasado martes 14 de noviembre se despidieron de la madre Olivia Cañaveral, superiora del Hogar San Pablo. En medio de estos cambios, continuaron trabajando en las casas.
Sin embargo, el médico instó a la gente a ayudar más porque los abuelos necesitan proteínas, que son necesarias para ayudarles a mantener la vitalidad.
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“Es para gente que necesita energía, que es todo el mundo, y si no obtienen proteínas, imagínense lo difícil que les resultará moverse, hacer cosas, porque sin proteínas el cuerpo está muy débil”.
– ¿Cómo es la casa de Zorca?
— La casa de María Madre de los Pobre de Zorca se vio complicada por el grave estado de la carretera, tras el desastre provocado por la crecida del arroyo La Zorquera.
– ¿Sigues solicitando espacio para otro abuelo?
— Nos preguntaron por la ubicación, pero no teníamos, y menos por la ubicación de Zorca, porque si tienes problemas con los abuelos que han vivido en esa casa, imagínate dar más personas mayores. Actualmente eso no es posible.
Comentó que llamaban continuamente desde el Hospital Central, así como de la Defensoría del Pueblo, diciendo que tenían abuelos en la calle pero no podían recibirlos, y no tenían recursos.
«Hay que entender que es el Estado venezolano el que debe brindarles protección. Entiendan que vivimos gracias a la generosidad de los comerciantes, de los dueños de fincas, de los productores y de la gente que trae arroz, harina y café”, afirmó el médico.
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