Si bien no hubo cargos contra ningún funcionario en las audiencias celebradas el 7 de noviembre y noviembre pasado, representantes del Estado, la Fiscalía y la Oficina de Víctimas argumentaron ante jueces de tribunales internacionales. Esto podría volver a suceder en el futuro si se otorga a la oficina de Karim Khan la autoridad para continuar las investigaciones.
Cejas negras. Las acusaciones a favor y en contra de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), que continúa sus investigaciones sobre crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos en Venezuela, estuvieron teñidas de insultos y ataques.
Eso es lo que escucharon los jueces de la Sala de Apelaciones del tribunal de La Haya, Países Bajos, durante dos sesiones celebradas entre el martes 7 y el miércoles 8 de noviembre, cuando continuó la audiencia para decidir si se acepta la propuesta. Solicitud de autoridades venezolanas.
El representante del Estado de Venezuela solicitó que se impida al fiscal Karim Khan continuar con sus investigaciones sobre la persecución, tortura, violaciones y detenciones arbitrarias registradas en el país desde 2014.
Si bien durante las discusiones ningún funcionario o exfuncionario fue acusado de violaciones graves a los derechos humanos, el acusado ni siquiera fue colocado en la silla porque esa no era su intención, la acción se convirtió en un ensayo para un eventual juicio. .
Los abogados del Estado están por un lado; Tanto la fiscalía como las víctimas presentaron argumentos a los jueces para convencerlos de que su posición era correcta. En sus intervenciones, cada uno intentó distorsionar la intervención de su oponente.
posición oficial
La delegación estatal, encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil, insistió en que jueces y fiscales estaban investigando los abusos ocurridos en el país. Como prueba, uno de sus abogados afirmó que 113 de los 124 casos presentados ante el tribunal se encontraban en etapa de investigación, que había logrado identificar a 166 funcionarios públicos como posibles responsables y había logrado avances importantes. En la etapa intermedia, es decir, con cargo formal, son tres; tres se encuentran en fase de juicio; y cinco condenas correspondientes a 14 funcionarios públicos”.
Funcionarios venezolanos denunciaron el proceso como “político” tras denunciar que gran parte de la información presentada para demostrar que la justicia interna estaba haciendo su trabajo no fue aceptada y que no estaba claro qué hechos estaba investigando la Fiscalía.
“La orientación (denuncia) presentada por un grupo de Estados en 2018 respondió a un objetivo político claro. “Ha habido un intento de utilizar la institucionalidad de la CPI para atacar políticamente a Venezuela sobre la base de acusaciones de crímenes contra la humanidad que nunca antes habían ocurrido”, dijo el Canciller.
Tales declaraciones provocaron que la delegación venezolana fuera reprendida. “El lenguaje profano y las calificaciones tajantes son inadecuados, inadecuados como medio para expresar las opiniones de las partes participantes y no serán aceptados como argumentos válidos”, afirmó el presidente de la cámara, Marc Perrin de Brichambaut.
Respuestas y contrarrespuestas
La postura de las autoridades venezolanas fue rechazada tanto por la Fiscalía como por la Oficina de Defensa de las Víctimas. En ambos casos se solicitó a los magistrados rechazar el pedido de Caracas. La Oficina para las Víctimas fue particularmente dura en su comunicado.
“Venezuela no investiga ni persigue los delitos a los que son sometidos ellos (las víctimas), sus familiares y amigos, y no lo hará en el futuro previsible. Mientras hablamos en Venezuela los crímenes se siguen cometiendo impunemente”, denunció Paolina Massidda, titular de la Oficina de Defensa de las Víctimas.
Representantes de la oficina, encabezados por el abogado británico Karim Khan, reiteraron su criterio. En sus alegatos denunciaron la insuficiencia de las investigaciones realizadas por la justicia venezolana. Es decir, no cubre a posibles superiores jerárquicos, sino que se limita a los funcionarios de bajo rango. Por tanto, su intervención está justificada.
¿Qué pasa con esto ahora?
Como se supo desde un principio, el propósito de esta audiencia no era juzgar a nadie. Más bien, fue convocado para resolver un incidente: la solicitud de Venezuela de que se revoque el mandato para que la Fiscalía de la CPI pueda continuar sus investigaciones sobre lo que sucede en el país y buscar el procesamiento de los presuntos responsables.
La decisión de la Cámara de Apelaciones se anunciará en las próximas semanas o meses. Puede proceder en cuatro direcciones: los jueces pueden confirmar la decisión de la Sala de Cuestiones Preliminares; podrá anular (anular) o modificar la decisión, o remitir el asunto a la Sala de Cuestiones Preliminares para que adopte una nueva decisión.
Así lo explicó el funcionario de extensión de la CPI, Francisco González Centeno, en un video publicado específicamente para el caso de Venezuela.