La contundente victoria de María Corina Machado en las elecciones primarias es una motivación muy fuerte para el deseo de cambios fundamentales en Venezuela.
Las propias primarias, por lamentables que sean, también estimularon ese cambio. Los que teníamos dudas sobre su viabilidad nos vimos superados por la doble energía: de los millones de participantes y de los organizadores, empezando por Jesús María Casal y los miembros de la Comisión del abuelo.
María Corina Machado es representante de un país en medio de un desastre humanitario que necesita superar el poder autocrático y depredador de la hegemonía, y abrir caminos hacia un futuro socialmente digno, económico y político.
Un desafío que es a la vez difícil y obligatorio. Al respecto, recomiendo un texto reciente de Juan Salvador Pérez, director de la revista SIC: “Cuatro desafíos para María Corina Machado”.
Por supuesto, la victoria de María Corina fue fruto de su perseverancia. Tanto en su valiente y constante postura de denuncia al poder establecido y sus compinches, como en su incansable labor para transmitir su mensaje directamente al pueblo venezolano. María Corina ya no es portavoz de una sección sino de la gran mayoría del país. Mayor responsabilidad de marca.
El camino a seguir estará lleno de escollos y dificultades. Pero la esperanza de seguir adelante se fortalece. Para lograr el cambio fundamental que Venezuela merece.
Por: Fernando Luis Egaña