Los primeros festivales de jazz celebrados en Caracas fueron organizados en la segunda mitad de la década de 1950 por el legendario Jack Brownstein con su Caracas Jazz Club.
Desde entonces, el festival de este género se realiza en la capital. Recuerdan el Festival Jazz Caracas de Oscar Bue a finales de los ochenta y principios de los noventa; A finales del siglo XX, el Festival de Jazz Hermano Agua y a principios del XXI, el Festival de Jazz El Hatillo, este siglo, o la propuesta del ciclo Jazz y Nueva Venezuela que hicimos en el Centro Cultural BOD entre 2005 y 2013. .
Eventos de este tipo también se realizaron en el país, el mejor de los cuales fue el Festival de Jazz de Barquisimeto de Julie Perdomo, que marcó un referente a nivel nacional.
Lo cierto es que ninguno de ellos ha resistido el paso del tiempo.
En los últimos años ha sido testigo de ello la delegación de la Unión Europea en Venezuela, que ya hizo dos: la primera en 2022 y otra que finalizó el domingo 15 de octubre, un mes de muchas actividades culturales en Caracas. Patrocinios programados desde varias embajadas, incluida España, durante el Mes de la Herencia Hispana.
Caribe, siempre Caribe
El segundo Festival Eurovenezolano de Jazz, desde su inicio y con buena asistencia, es una fiesta que reunió a unas 3.100 personas durante tres fines de semana entre el 29 y el domingo 15 de septiembre, con ocho conciertos, varias clases magistrales y más de 60 músicos procedentes de Alemania. , Curazao-Países Bajos, España, Francia, Italia, Polonia, Suiza y Venezuela.
En una crónica anterior comenté relevantes actuaciones del primer fin de semana con el pianista italiano Alessandro Lanzoni, el dúo suizo Heli y el grupo venezolano San Agustín Afrojaz.
El jueves 5 de octubre, en la sede de El Sistema en Quebrada Honda, se realizó la primera presentación de la vocalista Tanya Cross y el pianista Randall Corsen, representantes de Curazao que realizaron un espectáculo más académico (es una famosa cantante lírica mezzosoprano) y folklore de estas Antillas de Sotavento. Por su parte, Gerry Weil, a sus 84 años, volvió a demostrar su capacidad y competencia como el jazzista número uno de Venezuela.
El sábado siguiente en la sala Ana Julia Rojas del antiguo Ateneo de Caracas, le tocó el turno al primero del trío del pianista alemán ciego Thomas Böcher con Kimbiza, grupo que formó junto a dos venezolanos radicados desde hace tiempo en Europa: los el cantante Yama América y el percusionista Renys Mendoza.
Kimbiza tocó un repertorio orientado a la música folklórica latinoamericana y es popular con merengues caraqueños (es raro escuchar a un alemán tocando este género), canciones afrovenezolanas, bossa nova brasileña, canciones folklóricas peruanas: “Maria Lando”, música popular cubana: ” Tres Lindas Cubanas”. “, y otros. Yma América no sólo tiene una voz poderosa, sino que también es compositora e interpretó algunas de sus canciones así como el inolvidable Aquiles Bez.
Ese concierto del 7 de octubre terminó con el saxofón tenor francés Samy Thiébault, una de mis actuaciones favoritas del festival. French, excelente saxofonista nacido en Costa de Marfil, formó quinteto con el talentoso pianista Leonardo Montana de raíces brasileñas, quien demostró gran gusto y habilidad en el piano eléctrico; El venerable contrabajista cubano Felipe Cabrera (quien ha tocado durante mucho tiempo con el distinguido pianista Gonzalo Rubalcaba) y dos músicos venezolanos de la Simón Bolívar Big Band Jazz (SBBBJ): el también saxofonista (soprano) Josú Pinto (su director) y el baterista Jesús Dis.
Thiebault, muy inspirado por la música caribeña, se mostró muy elogioso con su compañero saxofonista y con Venezuela, país que ha visitado varias veces en los últimos diez años y que, según dice, le ha fascinado desde su primer viaje y que le ha inspirado mucho, ya que puede ser visto
Así, los ocho domingos del festival fueron para Vladimir Quintero con su fuerte Vladitimba y, una vez más, Cross-Corsen y Sammy Thiebault en Quebradahonda.
Esta vez los embajadores musicales de la isla vecina hicieron un concierto más jazzístico con Tania Cross abordando clásicos como “Summertime” de los hermanos Ira y George Gershwin, Corsen, el bajista Martín Figueroa y el baterista Samuel Fuentes (músico de El Sistema). Spain” de Chic Korea y nuestra emblemática “Alma Lanera”. Asimismo, interpretan “Willemstad”, pieza muy conocida en Curazao dedicada a su capital. Mención especial merece el pianista Randall Corsen, quien es un gran intérprete de este instrumento, muy buena técnica y Extrae las mejores palabras con elegancia.
Luego vino Quintero, el percusionista de Guaco y otros proyectos, pero esta vez con su propuesta personal: un irresistible septeto de jazz latino con mucha energía y pegada, equipado con vladitimba, piano, trompeta, trombón, bajo, tumbadoras, timbales y bongos. Aunque Wladimir pasó la mayor parte del concierto con congas mal llamadas, al final retomó los timbales para demostrar que también domina la paila.
Cuento estas dos intervenciones entre las mejores del Eurovenezolano de Jazz 2023.
El domingo lo cerró Thiebault, del que ya hemos hablado.
Apagado electrónico
El pasado fin de semana, el sábado 14, se presentó en el Centro Cultural de Arte Moderno el pianista y docente polaco-venezolano radicado en Caracas: Gerardo Gerulewicz, en trío con otro pianista: Leandro García Maneiro y el vibrofonista Ricardo García Guedez, saxofonista (alto) Ernesto Orignac y el igualmente pianista Aparte del dúo español de Juan Galliardo.
Al día siguiente el escenario regresa a Quebrada Honda con las dos atracciones antes mencionadas y SBBBJ para cerrar el evento.
Gerulewicz, quien anteriormente actuó en la edición de 2022, alude constantemente en su música a las dos culturas que lo definen. Una y otra vez navega entre estas dos aguas, tocando piezas en las que combina motivos polacos y venezolanos, como la que lleva el título “Varsovia-Caracas”, además de animar canciones navideñas polacas o traer al inevitable Frédéric Chopin. Su presentación en trío fue muy buena y en general bastante relajada, evocando el ambiente relajado y nocturno que puede tener un buen club nocturno de jazz.
En cuanto al dúo Aurignac-Galliardo, son dos de los instrumentistas más importantes del jazz español actual y lo demuestran con buenos solos e interpretaciones. Al igual que su homólogo francés Thiebault, el andaluz nunca dejó de elogiar a Venezuela y El Sistema. Aurignac, muy elocuente, dijo que “Queremos quedarnos aquí, amamos a la gente, su cultura, su educación… Estamos impresionados por el nivel del Sistema y sus músicos. Tenemos esta réplica en Málaga.
Finalmente, para cerrar la jornada intervino SBBBJ, representando al Colegio Quebrada Honda como una de sus joyas más preciadas.
Fundado en 2007 por el baterista Andrés Briseño y el profesor Valdemar Rodríguez, el grupo se encuentra en su quinta generación de músicos y su formación actual (entre 24 y 29 músicos en escena) lo dirige desde hace un año y cuatro meses con el citado saxofonista. Caballo pinto.
Con su potente sonido, SBBBJ recrea obras de Maynard Ferguson, TheloniousMonk, Chick Corea y Sammy Thiebault, como la ya mencionada “Bylando”, donde el guitarrista -aprovechando sus vibraciones de jazz latino- hace varias citas de música simbólica. El rockero mexicano Carlos Santana.
También me gustaría destacar la interpretación de “Got a Match?” desde Corea, donde Pinto (que se ha convertido en un saxofonista destacado en la capital) toma su saxofón-sintetizador digital Yamaha para crear un sencillo memorable que es una gran banda. en el campo del jazz electrónico.
Lo que nos espera en 2024
Ya esperamos con ansias el tercer Festival Eurovenezolano de Jazz en 2024, que espero que sea y que crezca, como ha ocurrido en esta segunda edición desde la primera.
A estas alturas el espectáculo es el “festival de jazz” que Caracas (como toda gran ciudad que se precie) siempre ha sido de una manera u otra. Debemos cuidarlo ya que aporta innumerables beneficios y nos nutre a todos de la mejor manera posible.
“Eurovenezolano” ha traído jazzistas de prestigio y solventes, sin duda, pero creo que de cara al próximo año, si se hace, debería venir al menos uno de esos pesos pesados y grandes nombres del jazz europeo con proyección internacional, que incluye y Cuesta más, pero valdrá la pena.
Y algo pienso: el jazz es muy amplio y tiene muchas opciones dentro de su abanico de posibilidades, pero creo que no se debe forzar el listón y se deben incluir muy buenas propuestas en su nombre, sí, pero pertenece a otros campos.
Ojalá nos volvamos a ver en 2024 y, como decía Jack Brownstein en su frase referencial con la que siempre cerraba su programa radial El Lenguaje del Jazz: “Peace and Jazz”.