Funcionarios anunciaron este jueves que el Gobierno estadounidense reanudará los vuelos de deportación de migrantes a Venezuela, después de muchos años de suspenderlos, como medida encaminada a impedir la migración hacia la frontera sur del país.
Las fuerzas del orden venezolanas han aceptado aceptar a los ciudadanos de su país expulsados de Estados Unidos, algo que no ha sido posible hasta ahora, desde que Washington y Caracas rompieron relaciones diplomáticas en 2019 y el país sudamericano está sujeto a fuertes sanciones económicas.
Estados Unidos no proporcionó detalles sobre cómo intentó que Venezuela volviera a aceptar vuelos de deportación, y funcionarios aseguraron que habían pedido “hace mucho tiempo” a la Administración de Nicolás Maduro que “recibiera a sus ciudadanos”.
El anuncio se produce en medio de un aumento en los arrestos de personas que intentan cruzar ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México, con más de 180.000 inmigrantes detenidos sólo en agosto.
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Los venezolanos son uno de los grupos que contribuyen a este aumento: en junio fueron detenidas 11.506 personas de esta nacionalidad, y en agosto esta cifra aumentó a 22.172.
Hasta la fecha, las autoridades estadounidenses no han podido deportar a los venezolanos que no cumplen con los requisitos para permanecer legalmente en Estados Unidos.
Los funcionarios dijeron que habían identificado a “varias personas” bajo su custodia y que serían enviadas de regreso a Venezuela en el primer vuelo de deportación “en los próximos días”.
Una de las fuentes explicó que esta decisión muestra el compromiso de Estados Unidos de “imponer consecuencias a quienes cruzan la frontera ilegalmente”.
“Es una consecuencia directa para las personas que no aprovechan las medidas legales para migrar que hemos ampliado”, enfatizó el funcionario.
Desde octubre del año pasado, la Administración de Joe Biden implementó un programa de autorización humanitaria, conocido como “parole”, que permite venir al país a venezolanos con patrocinadores en EE.UU.
En cambio, la semana pasada se amplió el estatus de protección temporal (TPS) que les otorga estatus legal a estos nacionales que llegaron a Estados Unidos antes del 31 de julio.
Sin embargo, la ley establece que el asilo sólo podrá solicitarse una vez en Estados Unidos, por lo que quienes quieran acceder a esta protección intentarán presentarse en la frontera sur estadounidense.
Desde mayo de este año, la Administración estadounidense impuso una serie de medidas restringiendo el acceso al asilo en la frontera y buscó que las personas reservaran citas en una aplicación móvil, llamada CBP One, para solicitar seguridad en varias puertas de entrada.