“Un cachimbo diferente con el mismo musiú”: Este dicho popular ilustra perfectamente lo ocurrido con las polémicas FAES; Se afirmó que la disolución de FAES en 2022 fue acorde a las recomendaciones de la entonces Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. fue así.
La denuncia está contenida en el informe especial de la Misión Internacional Independiente de Investigación (MDH) sobre Venezuela, presentado en Ginebra, Suiza, el 20 de septiembre, informó este martes Acceso a la Justicia.
El informe de 61 páginas afirma que el Gobierno venezolano no suprimió a la fuerza policial, que estuvo involucrada en ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias e ilegales, torturas y desapariciones forzadas por parte de diferentes instituciones nacionales e internacionales, sino que solo cambió su nombre y denominación. Renombrada como Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas (DAET).
“La Misión también tiene motivos razonables para creer que existe continuidad entre FAES y DAET”, subraya el documento, elaborado a partir de entrevistas con víctimas de violaciones cometidas por agentes de FAES y ex funcionarios de ambas organizaciones. El Sebin fue interrogado nada menos.
La disolución de FAES nunca se formalizó, por lo que el movimiento de derechos humanos venezolano la cuestionó desde el primer momento. Por otro lado, en julio de 2022 se inauguró oficialmente DAET, que consta de secciones especiales para la acción inmediata.
Razones de sospecha
Una de las principales razones por las que el MDH cree que la FAES continúa operando, aunque bajo el nombre de DAET, es que “ambas agencias tienen funciones similares y utilizan el mismo modus operandi”.
El organismo de la ONU llegó a esta conclusión tras investigar siete de las llamadas operaciones Trueno realizadas por agentes de la unidad especial contra el crimen organizado desde 2022, que registraron 72 muertos y 345 detenidos.
En este sentido, recibió información de que ocurrieron las siguientes irregularidades:
– Acordonamiento de barrios (en zonas populares) con órdenes de que los vecinos permanezcan en sus casas.
– Los agentes se opusieron a los objetivos preseleccionados.
– Las acciones ocurrieron temprano en la mañana o tarde en la noche.
-Los registros domiciliarios se realizaron sin orden judicial.
-Las víctimas fueron separadas de sus familias.
-Se registraron casos de abuso.
– Muchos de los agentes que participaron en las protestas tenían el rostro cubierto y vestían de negro.
-Se han registrado casos de hurto de bienes en viviendas registrales.
-Los que murieron en los operativos recibieron disparos a quemarropa en zonas vitales.
-Las autoridades presentaron las muertes como resistencia a la autoridad o conflicto, pero testigos presenciales informaron que los hombres estaban inmóviles o desarmados cuando fueron vistos por última vez.
-El MDH no pasó por alto que la mayoría de estos procedimientos no culminaron con la detención de ninguno de los delincuentes buscados por las autoridades.
Otra razón para sospechar que las FAES están disfrazadas es que “muchos de sus miembros, algunos de los cuales han sido identificados como involucrados en graves violaciones de derechos humanos e incluso crímenes contra la humanidad, ahora desempeñan papeles clave dentro de las FAES”. nueva dirección. El informe menciona a directivos de FAES que actualmente son responsables del DAET.