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Para el abogado y criminólogo Luis Izquiel, la gran banda liderada por el “niño guerrero” está viva y coleando, mientras la impunidad, la complicidad y el silencio de muchos han destruido el sistema penitenciario venezolano. Enfatizó que los prófugos de la justicia migraron en busca de mejores mercados criminales, “es decir, por razones económicas”.
– Venezuela Informa –
–Después de la intervención en el penal de Tocorón, ¿se descarriló el tren de Aragua?
–Ese tren es uno de los pocos terminados en Venezuela en los últimos años, pero no sirve para transportar personas sino para delinquir. Todavía está lejos de descarrilarse.
–¿Está preso el mayor colaborador de Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias “niño guerrero”?
–Su mano derecha es un criminal conocido como Gocho Ever. Pero tras la operación, el director, el subdirector de la prisión y al menos cinco guardias fueron detenidos. Entonces tenía algunos aliados dentro.
–¿Y fuera de ello?
–Muchos funcionarios son corruptos, ciertamente en los niveles medios y altos del Estado. Aún no han sido investigados.
– Venezuela Informa –
–¿Esta actividad es un arreglo?
–El “Niño Guerrero” escapó cuando las fuerzas de seguridad llegaron a Tocorón. No creo que fuera una trampa, pero alguien les advirtió que escaparan primero.
–Según el gobierno venezolano, este pran está ubicado en Perú. ¿Quién es el cómplice de esta fuga carcelaria?
–Por el momento se desconoce la ubicación del alias “niño guerrero”. Es posible que todavía esté en Venezuela o que haya huido a Perú, Colombia u otro país latinoamericano. Veremos quién se lleva ese “regalito”.
–¿Qué factores influyeron en la formación de esta red criminal?
–Impunidad, complicidad, silencio de muchos, destrucción del sistema penitenciario, etc.
Exportación subterránea
–¿Cómo pudo esta banda penetrar tan fácilmente en siete países latinoamericanos y en Nueva York?
–Muchos integrantes del Tren de Aragua migraron en busca de mejores mercados criminales, es decir, por razones económicas.
–Según la Fiscalía, la delincuencia ha disminuido un 63%. ¿Es esto una consecuencia del éxodo del hampa venezolano?
–No creo que haya disminuido a ese ritmo. Pero la migración será un factor, especialmente porque la última ola de inmigrantes está compuesta principalmente por hombres jóvenes de zonas populares. En este grupo se concentra la mayoría de víctimas y perpetradores de delitos violentos.
–¿El “niño guerrero” se compartirá los 3 millones de dólares anuales que generan los “negocios” de extorsión, sicariato y robo?
–Solo por cobrar la “causa”, un impuesto penal que cobraba a los presos en Tocorón, ganaba alrededor de 2 millones de dólares al año. Entonces sus ingresos totales son más de $3 millones.
–¿Existen otras organizaciones como Tren de Aragua en el país y en América Latina?
–En Venezuela hoy probablemente hay unas 25 o 30 megabandas. El Aragua era el barco más grande, pero había muchos otros, como el Llano. ¡Toda la red ferroviaria criminal!
–¿En El Salvador realmente la delincuencia no paga?
–Desde que llegó el presidente Nayib Bukele los delincuentes le han hecho justicia. Este es el caso más impresionante de reducción del crimen que he visto en todo el mundo. El Salvador registró una tasa de 100 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Hoy en día, esta cifra es de casi siete por cada 100.000 personas. No estoy de acuerdo con todos los métodos que usa Bukele pero realmente funcionan.
–Ante todo esto, ¿se institucionalizará el hampa en Venezuela?
– Esto pasó hace mucho tiempo.
–¿En qué se diferencia la delincuencia en tiempos democráticos respecto a la actual?
–En democracia, quien lo haga debe pagar el precio. La probabilidad de impunidad, al menos en los casos de asesinato, era muy baja en comparación con la actualidad. La PTJ es considerada una de las mejores fuerzas de investigación policial de la región y quizás del mundo. Ahora reina la impunidad.
–¿Qué debe hacer el Estado venezolano para eliminar estas organizaciones criminales?
-Que cada agencia haga su trabajo. Que la policía y la fiscalía investiguen, que los tribunales condenen a los culpables y que las cárceles dejen de ser escuelas de delincuentes.
–¿Revivirá el Aragua?
–Aún no está muerto. Él todavía está vivo y coleando.
Archivo
Luis Izquiel es abogado egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Se especializa en Ciencias Penales y Criminología. Es profesor de Criminología en la máxima universidad. También impartió clases en las universidades de Santa María (USM) y Monteávila (UMA). Redactó la Ley de Regulación de Teléfonos Celulares e Internet en Prisiones, entre otros proyectos de ley. Es experto en seguridad ciudadana y miembro del Comité de Seguridad Nacional de Fedecámaras. Asesora a las comisiones de Política Interior y de Justicia y Paz. Es coautor del libro “Revolución de la Muerte, 20 Años de Crimen, Violencia e Impunidad en Venezuela”.
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