Según predicciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), el país tiene al menos 3,5 millones de personas mayores. De ellos, medio millón vive solo, en gran medida debido a la migración de sus hijos y otros familiares.
La crisis socioeconómica que vive el país debido a la emergencia humanitaria compleja ha provocado que las personas mayores consideren la migración como una vía de escape y reunificación familiar; Pero en el extranjero, la falta de políticas públicas en el país de acogida dirigidas a este segmento de la población dificulta su asentamiento y su calidad de vida.
Así lo afirma claramente el informe «Empezar de nuevo fuera de casa. “Migración forzada de adultos mayores venezolanos”, elaborado por el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH-UCAB). Las personas mayores son una minoría invisible dentro y fuera de Venezuela.
CDH-UCAB reiteró que la falta de estadísticas sobre este sector dificulta el desarrollo de políticas públicas. Según predicciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), el país tiene al menos 3,5 millones de personas mayores. Entre estos, Medio millón de personas viven solas en gran parte debido a la emigración de sus hijos y otros familiares. Otros son responsables del cuidado de su nieto, de otra persona mayor o de una persona discapacitada.
Las personas mayores constituyen la proporción más pequeña de los 7,3 millones de venezolanos que han emigrado. Algunas personas deciden irse con el propósito de traer a sus hijos de regreso para reunirse con sus padres en el extranjero, acceder a tratamiento médico en otro país o ayudar a sus hijos a cuidar de sus nietos en el extranjero.
*Leer más: 300 ancianos murieron por la violencia el año pasado en el país
En los países de acogida, pocos inmigrantes mayores tienen trabajos formales, a pesar de tener altos niveles de educación, debido a las restricciones de edad en el acceso al mercado laboral.
«Aunque permanecen en el sector informal de la economía, no están integrados al sistema de seguridad social ni tienen acceso al sistema de salud. La situación es aún más dramática para quienes salieron de Venezuela como jubilados y pensionados antes de 2016”, enfatizó la UCAB.
Desde 2015, se han suspendido sin explicación alguna los pagos de pensiones a más de 12.500 pensionados y jubilados residentes en el extranjero, dejándolos en una situación económica extremadamente precaria. Venezuela tiene acuerdos bilaterales sobre pagos de pensiones y seguridad social con Portugal, Italia, España, Uruguay, Ecuador y Chile, pero estos acuerdos no se materializaron por falta de pago por parte del gobierno venezolano.
En Venezuela, la principal fuente de ingresos de las personas mayores son las pensiones o pensiones, que han perdido poder adquisitivo debido a la hiperinflación. “Esta situación ha creado dependencia económica en este grupo poblacional, por bajos ingresos, tener que gastar en actividades económicas informales, depender de ayuda humanitaria o depender de remesas o ayuda que sus familiares puedan brindarles”. UCAB.
Además, esto también afecta la salud física y mental de esta población. La incertidumbre en los ingresos hace que prioricen los gastos personales y dejen de comprar medicinas para tener suficiente para comer.
El informe recomienda al gobierno venezolano, así como a los países receptores, desarrollar políticas públicas diferenciadas, “especialmente en las áreas de generación de ingresos, salud física y mental, recreación y transporte”, así como organizar jornadas especiales de registro y regularización en la sociedad. sistema de seguridad.
Vistas de publicaciones: sesenta y siete