Estos vendedores ambulantes ofrecen helados de diversos sabores a precios muy asequibles y atraen a consumidores que buscan refrescarse y ahorrar dinero. Esta práctica ha surgido como una fuente alternativa de ingresos para muchos barquisimetanos que han regresado a su país luego de migrar por América Latina.
Barquisimeto. En medio de la ola de calor que vive Venezuela, una especie de vendedor ha salido a las calles de Barquisimeto y les llaman barquilleros del dólar.
Los barquilleros recorren la ciudad aprovechando el calor para capitalizar la demanda de los consumidores, a quienes atraen con sus llamativos triciclos y sus ruidosos timbres a cualquier hora del día.
Este tipo de negocios surgió como una alternativa para generar ingresos ante la crisis económica que afecta al país. Las heladeras ofrecen una variedad de sabores y presentaciones, desde conos hasta tazas.
En el pasado, las hamburguesas de un dólar y el pollo a la parrilla de dos dólares eran populares, pero ahora los fabricantes de helados han tomado la delantera. ¿Qué te motivó a ejercer esta profesión? ¿Cuáles son sus beneficios y riesgos? ¿Qué piensan los clientes y competidores?
La proliferación de heladerías de un dólar tiene dos factores principales: primero, la economía venezolana está en crisis y los venezolanos buscan opciones de entretenimiento y gastronomía a precios asequibles; En segundo lugar, al no poder encontrar oportunidades laborales formales, decidieron Empieza tu propio negocio Inversión mínima y beneficios rápidos.
José Luis Ibarra, uno de los tantos bares de Barquisimeto, señala que el proceso es sencillo: se compran cartones de helado al por mayor a un proveedor local, se transportan en refrigeradores portátiles con piedra y se venden al público.
El precio de una tarrina de helado de 10 litros varía según el proveedor y el tipo de helado, pero oscila entre 15 dólares si se compra sólo el helado extra y 20 dólares si se incluye el envase.
Otros, como Alfonso Perdomo, compran insumos en heladerías ubicadas en el centro, como tubos, conos, vasos, cucharas y servilletas de helado.
Barquilleros asegura que algunos han regresado a su pais porque las cosas no les fueron bien cuando migraron y Este trabajo les permite Obtenga ganancias diarias para mantener a sus familias.
Algunos de ellos son profesionales o trabajadores que perdieron su empleo debido a la pandemia o la hiperinflación. Estuvieron de acuerdo en que el helado de un dólar era una solución temporal hasta que mejorara la situación en el país.
Trabajo y riesgos
Por cada tarrina de helado de 10 litros, venden unas 150 cajas, y en cada bodega que utilizan para almacenamiento caben unos ocho tarros. Sin embargo, el ritmo de trabajo se ve afectado por aspectos como la inseguridad, la competencia desleal, la escasez de efectivo y la inflación.
Ibarra señaló que en varias ocasiones fue víctima de robos y extorsiones por parte de delincuentes y funcionarios policiales que se apoderaron de parte o la totalidad de sus bienes. Además, señaló que Algunos fabricantes de helados venden productos de mala calidad o adulterados.afectando la reputación del sindicato y la confianza de los clientes.
Pagar en dólares no está exento de problemas. Algunos compradores no tienen billetes o monedas extranjeras y tienen que utilizar aplicaciones móviles o transferencias bancarias, lo que ralentiza las transacciones y pone a los vendedores en riesgo de fraude.
Gisela Colmenares dijo que trabaja en la heladería desde hace 30 años, pero hace unos cuatro meses comenzaron a surtir carritos y tienen una flota de cinco carritos que intentan mover por la ciudad.
Comenzamos a trabajar desde las 11:30 am hasta las 5:30 pm. A las 18:00 horas sale otro turno y regresa a las 22:30 horas. No todos aparecen al mismo tiempo; Y dejamos dos personas en cada auto, el conductor y el asistente”, comentó Colmenares.
Franklin Aponte, conductor de triciclo, dijo que el ritmo es agotador, pero trata de hacer que su día sea divertido, a pesar del calor.
Aponte recorre unos 13 kilómetros por día. Hizo ese viaje en poco más de cinco horas. Dijo que tuvieron problemas con la policía de la ciudad y querían sacarlos del centro de la ciudad cuando empezaron a pasar por esa zona.
Dicen que es una orden, pero estás en el trabajo y es molesto porque hay otras personas haciendo cosas malas, pero el gobierno de la ciudad te insiste y no estoy de acuerdo, por eso le pedí al alcalde Luis Jonás que nos permitiera. a trabajar”, negó Aponte.
Clientes y satisfacción
La inflación rampante hace que los precios de los helados aumenten constantemente, reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores y las ganancias de los comerciantes.
Los clientes tienen opiniones encontradas sobre las obleas en dólares. Algunas personas los ven como una opción barata y conveniente para refrescarse y apoyar el trabajo informal. Otros ven esto como una estafa o competencia desleal hacia los establecimientos oficiales que venden helados a precios más elevados pero con mayor calidad y variedad.
Cristina Peña dijo que siempre espera con ansias cualquier vehículo de tres ruedas que pase por su casa porque le parece una opción económica y versátil.
No tengo auto y mi hijo siempre está esperando que pase el auto porque le encantan los helados y como vienen a cualquier hora no me quejo. Además tú les ayudas y ellos nos ayudan. “Lo veo como una situación en la que todos ganan”, dijo.
Isela Roa muchas veces espera que pase un carrito en particular por su casa porque las galletas en el carrito son más ricas y el helado es mejor. En cuanto a los aspectos negativos que ve en este negocio, cree que hay mucha demanda para la cantidad de automóviles que circulan en estos momentos.
Barquilleros es un reflejo de la realidad económica y social del país, un servicio en el que creatividad y necesidad se combinan para crear nuevas formas de vida.