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Seis décadas después, siguen surgiendo nuevos detalles sobre uno de los acontecimientos más vistos en la historia de Estados Unidos: el asesinato del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963.
Por BBC Mundo
Paul Landis, un ex agente del Servicio Secreto de 88 años que presenció de cerca la muerte del presidente, dijo en unas memorias que se publicarán próximamente que tomó una bala del coche después de que le dispararan a Kennedy y luego la metió en el habitación del presidente. Camilla hospitalaria.
Esto puede parecer un detalle menor en un caso que ha sido examinado de cerca desde la década de 1960, pero para aquellos que han pasado años analizando cada pieza de evidencia, el relato de Landis es un avance importante e inesperado.
En las décadas transcurridas desde el asesinato, se han extendido las conspiraciones sobre cuántos pistoleros estuvieron involucrados, quién fue el responsable final y cuántas balas alcanzaron realmente al presidente.
La idea de que los hechos reales del caso diferían de la versión oficial es la principal teoría de la conspiración en los Estados Unidos modernos y, según algunos historiadores, el asesinato provocó una disminución de la confianza de los estadounidenses en su gobierno.
Según se mire, la historia de Landis no cambia nada o lo cambia todo.
Su libro The Final Witness seguramente agregará más chispa a la eterna obsesión nacional por el asesinato.
“Esta es realmente la noticia de asesinato más importante desde 1963”, dijo James Robenault, historiador y experto en Kennedy que trabajó con Landis para prepararlo para su revelación pública.
Nuevos detalles sobre un viejo caso
Los principales acontecimientos del asesinato de Kennedy son ahora bien conocidos.
El 22 de noviembre de 1963, un convertible en el que viajaban el presidente Kennedy, la primera dama Jackie Kennedy y el gobernador de Texas, John Connally Jr., y su esposa conducía por Dealey Plaza en Dallas cuando se escucharon una serie de disparos.
Kennedy recibió un disparo en la cabeza y el cuello y Connally recibió un disparo en la espalda. Las autoridades llevaron a ambos al cercano Parkland Memorial Hospital, donde Kennedy fue declarado muerto. El gobernador sobrevivió.
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