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Vivir como jubilado en Venezuela es imposible. Las personas que dependen completamente de estos ingresos no pueden comprar más de un kilo de harina y un kilo de queso. Los pagos no superan los $30 mensuales para quienes hayan trabajado más de 30 años en instituciones públicas.
Por Lorena Bornacelly / perfilvenezuela.com
Como si los bajos ingresos no fueran un problema suficiente, los jubilados enfrentan otras realidades en Venezuela: la falta de gas doméstico es una de ellas. Las personas mayores de 70 años deben cocinar con estufa de leña o eléctrica. Además, los constantes cortes de luz les imposibilitaban preparar la comida.
María de los Ángele Ramírez es maestra jubilada y más de 30 años de servicio no le sirven de nada, pues a pesar de sus sueños y planes ni siquiera recibe una pensión. Ahora, mes tras mes, recibe unos ingresos que no le alcanzan para gastar en nada. “Allí compré un kilo de algo pero tuve que buscar otros ingresos y cosí, diseñé y reparé ropa porque si no era imposible, me veía fatal”, dijo la mujer de 71 años.
Dijo que hubo días en los que solo comía fruta porque no tenía suficiente gas para cocinar. Su alimentación se vio seriamente afectada porque a pesar de tener una estufa eléctrica, tenía que pasar hasta 12 horas al día sin electricidad, lo que le dificultaba aún más comer regularmente. Debido a que es temporada de lluvias, no se puede utilizar leña para preparar alimentos.
Sus años de trabajo no le sirvieron de nada. Sueña con comprar tierras y cultivar hortalizas y frutas, pero además de no recibir nada justo, no puede invertir en nada más que alimentos porque sus ingresos son muy pocos. Pensar en comprar carne, helado o dulces le resulta imposible.
Como ella, Luis Rojas, de 78 años, también sufrió una agitación similar. Hay que cocinar con leña por falta de gas doméstico. “Todos los días tengo que buscar ramas de árboles para hacer fuego y cocinar. No tengo gas, hace varios meses que no puedo cocinar normalmente. “Si llueve, no como”, dijo.
Cuando recibió el dinero de su jubilación, compró medicamentos para la presión arterial y una caja de huevos. Trabajar más de 40 años no le sirve de nada. Su vida consiste en recoger leña, cocinar al aire libre si no llueve y tratar de comer al menos dos veces al día porque no puede hacer más comidas.
En Venezuela los jubilados no ganan más de 30 dólares al mes. Ambos dijeron que con esos ingresos no pueden comprar gasolina nacional en el mercado negro, donde un tanque de gasolina puede costar hasta 50 dólares.