Nani es una de esas personas. sin esfuerzo que irradia luz. No importa si se ha retocado las mechas del pelo, hay algo en su rostro que se ilumina cuando habla. Le sientan bien el beige, el amarillo, el rosa y el naranja. Colores que se repiten en sus cuadros. Se ríe cada tres o cuatro palabras y comenta que en sus cuadros busca transmitir alegría. Dice que aprendió su curiosidad (y habilidad) en el arte de su madre, Isabel García, pero nació con una sensibilidad que va más allá de sus genes. Es Piscis, la habilidad proviene de su alma.
Nació en Venezuela pero se mudó a España desde muy joven. Se licenció como comunicadora social en Madrid y se le da muy bien El clima Un europeo no pierde su acento nativo. Ni el carisma de Venezuela. Admitió que visitó Canaima en su última visita al país en agosto de 2022 y sintió que lo conectaba con su tierra. “Recuerdo lo amable que es la gente aquí, definitivamente estoy conectado con quien soy. Recuerdo por qué soy como soy.” Comenta Quinteros.
Fue en ese viaje que comenzaron a germinar las semillas de comenzar a expresar lo que sentía a través de medios artísticos. Posteriormente, tras regresar a España, tuvo que someterse a un procedimiento clínico que le obligó a guardar reposo en su casa. La pintura era su vía de escape, pero no la oscuridad, sino una que evocaba la alegría que anhelaba caminar.
Hoy, lo que empezó como un medio de curación se ha convertido en algo más que un hobby y una exposición abierta al público español. Recién este 20 de septiembre realizará su segunda exposición en Espattio, galería o recinto cultural, donde su colección será un viaje de ideas.
Sus manos le hablaron
Quien escucha a su cuerpo sabe que habla, a veces susurra y a veces grita. El hijo de Nani le grita que pinte. Quinteros se mueve y extiende los brazos mientras dice: “Durante meses quise hacer algo con mis manos, sacar lo que sentía y expresarlo de alguna manera. “No podía decidir si era escritura, música o pintura”.. Y escucho. Un lienzo era todo lo que necesitaba para empezar.
Comenzó con juegos de dibujo en hojas de papel. No fueron los detalles del dibujo sino los mensajes claros que transmitía lo que lo hizo hacer clic. “Recuerdo ese dibujo, no tenía nada de especial pero tenía muy claro lo que significaba”. Y agregó: “Y miré pinturas en diferentes escenarios. Todo empezó a convertirse para mí en lienzo, miré líneas, colores y figuras”.
Admite entre risas, asegurando que no se trataba de alguna droga extraña, que al hablar con alguien o mirar un paisaje se imaginaba cómo sería en versión pintura. Ha restringido algunas líneas y colores. Las líneas alrededor de las personas brillaban y él sabía cómo dibujar lo que veía. Todo en tu mente. Es como si el cuadro lo estuviera buscando. Entonces decidió: fue a la tienda de pinturas y armó un kit. “Mi descanso se convirtió en un lugar para dibujar y recrearme para hacer eso”.
Estudió durante cinco años en la Academia de Artes de la Parroquia San Antonio, Venezuela, donde los ejercicios se enfocaron en la recreación de fotografías en pintura y el aprendizaje de técnicas. Entonces le ayudó soltar la mano. Pero lo hizo profesionalmente en 2023. Hasta el momento, dice que uno de sus mayores logros es su primera exposición en Espatio en julio de este año, donde pudo mostrar 18 obras a sus seres queridos, amigos y conocidos.
“Cada vez que pasaba por Espattio decía: voy a exponer en esa galería”. Dijo que envió un correo electrónico y nadie respondió. Sin embargo, unos meses después un conocido le escribió que conocía un lugar donde podría presentar sus primeros trabajos. ¿Adivina dónde estaba? Sí, por todo Madrid estaban las galerías por las que pasaba todos los días diciendo que allí estaría.
“Fue un éxito. De verdad. La gente se paraba frente a la obra y me contaba lo que sentían, a qué episodio de sus vidas les recordaba.” Logró vender 9 de 18 obras ese día. “El mayor orgullo para mí es cuando alguien me abre la puerta. Ah, de verdad. Cualquier cosa que surja de mi inspiración y creatividad vale la pena colgarla en la pared de un tercero”..
Un viaje de ideas
Nani dice que tiene suerte en la vida, pero eso no la libra de momentos difíciles. Por eso no necesitó comunicar nada más denso ni más oscuro, pero admite que tiene un gran deseo de expresar lo que siente. Una especie de conexión entre tus manos y tu mente. Por eso invita a quienes van a descubrir el viaje de las ideas. “Explora lo que hay dentro de tu cabeza”.
Las imágenes que componen esta exposición buscan representar lo que la mente puede ver cuando se enfrenta a determinadas ideas y momentos. Estados de ánimo, podríamos llamarlos. Pero la aparición de Nani tendrá momentos positivos. También sencillez. “Los mensajes que hay en mis cuadros son universales y eso es exactamente lo que quiero, muchas personas conectan con él y no sienten que sea un cuadro que les grita, sino que los acepta y conecta con ellos en determinados momentos. Quienes han experimentado la paz viven allí incluso después de la separación”.
Ahora, Nani no se detiene ahí. Su concepto artístico va más allá. Quiere crear espacios de inclusión, no exclusivos para determinadas personas. “No importa si no me compras el cuadro, lo que quiero es que la gente venga, hable de lo que siente y conozca a otras personas como ellos” Seis.
“Mis pinturas conectan con mucha gente. Quiero crear un espacio para aquellos que estén dispuestos a experimentarlo. En el futuro quiero organizar eventos, para que la gente pueda conocerse… Mi arte tiene que ser una experiencia. “Quitar la “distancia” que pueden tener algunas galerías y hacer que todos se sientan incluidos.
Dicho esto, Nani Quinteros invita a quienes estén en Madrid a asistir a la exposición en Espatio este 20 de septiembre Calle Monte Esquinza 8, Madrid.
Este es su sitio web y cuenta de Instagram para más información.