Amnistía Internacional ha publicado un informe que identifica patrones en las detenciones arbitrarias registradas en Venezuela: se producen sin orden judicial, falta de “independencia judicial”, la ley se aplica “vagamente” y “no permite la comunicación y aísla a los detenidos”.
Amnistía Internacional (AI) pidió este martes a la comunidad internacional activar una jurisdicción común para juzgar las graves violaciones de derechos humanos ocurridas en los últimos años en Venezuela, especialmente las detenciones arbitrarias de opositores o considerados como tales por el gobierno de Nicolás Maduro. .
Durante la presentación del informeVidas Detenidas: Continúa la Detención Arbitraria por Razones Políticas en Venezuela»Érika Guevara Rosas, directora de Amnistía Internacional Américas, señala que lograr la justicia internacional “parece ser la única manera de conseguir justicia para quienes han sido víctimas de graves abusos contra los derechos humanos” en este país.
La jurisdicción universal permite el enjuiciamiento de crímenes de lesa humanidad y otros delitos independientemente de dónde se cometieron o de la nacionalidad de la víctima y del autor. La justicia argentina activó este recurso en julio de 2023, a pedido de la Fundación Clooney de Justicia para investigar el asesinato de al menos dos personas durante protestas de fuerzas de seguridad del Estado. La investigación quedó asignada al fiscal federal Carlos Stronelli.
“Venezuela se encuentra en una situación preelectoral, por lo que la comunidad internacional debe estar alerta sobre detenciones y represión (…) brindar apoyo técnico, político y financiero para mantener la vigilancia internacional para reducir las violaciones graves”, como destacó Guevara Rosas como Misión de las Naciones Unidas para la Determinación de la Verdad y la Corte Penal Internacional.
Respecto al uso de prácticas de detención arbitrarias en el país, el director de Amnistía afirmó que el único objetivo de esta organización es neutralizar cualquier percepción negativa contra el gobierno y así trasciende del uso de luchadores políticos e incluye a activistas de derechos humanos, trabajadores o ciudadanos porque están en el lugar equivocado.
La ONG ha identificado patrones en este tipo de detenciones: se producen sin orden judicial, carecen de “independencia judicial”, se aplica “de forma ambigua” e “injustamente” la ley de información y aislamiento de los detenidos, entre otros medios.
“En algunos casos, las detenciones tienen un objetivo diferente y tienen el efecto de represalia social”, afirmó. En su informe, Amnistía Internacional identificó un patrón en las detenciones arbitrarias de Emirlendris Benítez, María Auxiliadora Delgado y Juan Carlos Marrufo, Roland Carreño, Guillermo Zárraga, Darío Estrada, Robert Franco, Javier Tarazona y Gabriel Blanco.
La organización exigió no sólo la liberación inmediata de estas personas, sino también de los más de 280 presos políticos registrados por organizaciones nacionales.
encarcelado por disentir
Diannet Blanco, esposa de Gabriel Blanco, participó en la presentación del informe de Amnistía Internacional y exigió que las costas del proceso contra el activista sean verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición del delito. Relató que su compañero, señalado en el caso “5 de julio”, fue condenado a más de 16 años de prisión en un juicio donde no hubo pruebas de que estuviera involucrado en los cargos de terrorismo o conspiración.
Blanco comentó que su esposo el próximo 5 de julio de 2021 vendrá a la parroquia de Coche para brindar atención a una mujer víctima de violencia de género, como parte de su trabajo en una ONG, el gobierno se especializa en brindar ayuda en este sentido. . Por la noche, es detenido en su domicilio por miembros del Servicio Bolívar de Inteligencia Nacional (Sebin), quienes al parecer emitieron una orden de aprehensión, y desaparece durante varios días hasta su comparecencia ante el tribunal junto con otros cinco sindicalistas.
Dijo que la situación le recordaba su propia situación, cuando fue víctima de detención arbitraria durante poco más de un año y estuvo retenida en el Sebin Helicoide. También denunció que fue víctima de acoso por parte de funcionarios del Sebin y de la Dgcim cuando exigió públicamente la liberación de su marido.
“Lamentablemente el activismo por los derechos humanos está criminalizado (…) Espero que se respete la justicia y el debido proceso para Gabriel y que pronto pueda recuperar su libertad”, afirmó.
la justicia falló
Gonzalo Himiob, abogado penalista y vicepresidente del Foro Penal Venezolano, señala que el “mensaje” que envía el Ejecutivo con estas detenciones es que además de detenciones que no tienen fundamento judicial, “que puedan hacer lo que quieran”. “. “Afirma que ninguno de los más de 15.000 casos de detención arbitraria manejados por la ONG son pruebas entregadas de que estas personas estén involucradas en un delito o que se hayan manipulado pruebas sucias para acusarlos”.
“En esta lógica del enemigo interno, que orienta el ejercicio del poder contra los ciudadanos, el proceso penal queda completamente distorsionado. Se supone que el proceso penal es encontrar la verdad, establecer justicia, pero en estos casos no sirve para eso, sirve para reafirmar la narrativa de poder”, afirmó.
Además, el abogado también mencionó que en la mayoría de los casos no existe un castigo absoluto por las violaciones de derechos humanos denunciadas ante los tribunales. “Hay evidencia de abusos recurrentes contra las mujeres bajo custodia, siendo las agresiones sexuales las más frecuentes. Los obligaron a ir en topless y los amenazaron con violarlos”.
La prisión preventiva, dijo Himiob, no sirve para los propósitos que debería, “claramente se utiliza como una especie de castigo predecible”. De las 286 personas detenidas por motivos políticos en el país, según datos del Foro Penal, 156 se encuentran en prisión preventiva, es decir, no han sido condenadas por un tribunal. De ellos, 113 superaron el límite legal (tres años) y algunos estuvieron detenidos hasta por seis o siete años.
“El poder no tiene ningún interés en cumplir la ley, no tiene ningún interés real en cumplir los procesos legales”, reiteró.
Por su parte, la abogada Martha Tineo, coordinadora de la ONG Justicia, Encuentro y Perdón, destacó el dolor emocional y las secuelas psicosociales que sufren las familias producto del abuso. Pone el ejemplo de los familiares de Darío Estrada, con quienes su madre solo lo ha visto dos veces desde que estuvo preso por falta de recursos económicos.
También destacó el caso Sra. Yosida Venegas, madre del preso político Juan Carlos Monasterios, quien estuvo detenido y desaparecido durante 14 días. Aún se desconoce su estado y paradero.
El abogado también dijo que familiares de presos políticos los han acusado de tener prohibido comer ciertos alimentos, como fue el caso de ocho presos políticos detenidos en el INOF. “Los presos políticos sufren castigos tempranos por participar en crímenes no probados y son obligados a morir por desnutrición, están aislados”.
Dos litros de leche y un kilo de avena pueden ser una garantía para sus seres queridos de que los presos tienen una comida equilibrada, afirma Tineo, “que es exactamente uno de los alimentos que prohibieron (…) Esto definitivamente degrada su salud. situación”.
política de silencio
Francisco Cox, miembro de la Misión de Investigación en Venezuela, dijo que la agencia de la ONU logró identificar “una política encaminada a silenciar o aplastar a los disidentes o a los políticamente correctos. El gobierno venezolano así lo considera, esto lo hace organizaciones como Dgcim y Sebin».
La misión también determinó que el uso de la tortura por parte de Dgcim para obtener falsas autoincriminaciones y acusaciones contra otros tampoco era cierto. Además, encontraron algunas pruebas del asesoramiento cubano sobre la formación de funcionarios de la Dgcim, tanto para labores de inteligencia como para la represión.
“El poder judicial y la fiscalía no son autónomos ni independientes, y la tortura tiene inmunidad prioritaria. Las quejas y denuncias se devuelven a la misma institución de tortura”, dijo Cox.
“El uso de la tortura para obtener falsas autoincriminaciones y contra otros se identifica como un modus operandi. Hay motivos razonables para creer en la responsabilidad personal de los consejeros y de determinados directivos.” Francisco Cox de #FFM#VidasDetenidashttps://t.co/oactbWyUYU pic.twitter.com/ZAPyAy4bkf
– indulto. org (@amnistía) 29 de agosto de 2023
Relató que en el caso de la Dgcim y el Sebin hubo una cadena de órdenes apuntadas directamente al gobernante Nicolás Maduro. Los “objetivos” fueron manipulados por teléfono, se presentaron pruebas para incriminarlos, fueron detenidos y recluidos en régimen de aislamiento.
“Todos los dispositivos y tecnologías utilizados para la disuasión han demostrado ser elementos de un esquema criminal común, crímenes contra la humanidad”, afirmó el experto.
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