con una espátula
La candidatura de Maduro no es una realidad inevitable. No desde que empezaron a pasar cosas. Dado que mi fuente es de ese entorno y nunca me ha engañado, no tengo motivos para no creerle más.
Juan Carlos Zapata
El primero fue el caso Tareck El Aissami. El hombre de mayor confianza de Maduro lanzó una operación para desafiarlo por el poder.
Segundo, la purga de El Aissami debilitó a Maduro y benefició a Diosdado Cabello.
Tercero, las encuestas dicen que el chavismo representa estructuralmente el 22%. Pero menos de la mitad de este universo se identifica con Maduro.
Lo cuarto es que la victoria electoral de Maduro no está garantizada, y solo un fraude muy flagrante puede volver a hacerlo presidente, que es un fraude flagrante que no le conviene al chavizmo.
Quinto, que Maduro recupere la Presidencia no es garantía de buen gobierno, y esto achicará aún más el chavismo estructural.
Lo sexto es que hay tanto resentimiento contra Maduro en el chavismo por lo que le pasó a El Aissami, y sobre todo que Maduro no se cree que sepa lo que hace el otro con los negocios y el dinero.
Mi fuente, sin embargo, dice que el chavismo no se dividirá. Sin embargo, confirma que ya hay una ruptura con Maduro.
Mi fuente afirma que cuando la dirigencia chavista grita que Maduro es el único candidato, no está diciendo la verdad. Esto es pura táctica.
Mi fuente dice: Esto ya lo sabe Maduro, lo han discutido y habla de unidad a partir de ahí.
Mi fuente insiste: cuando Maduro le pide a la Fuerza Armada que se mantenga unida ante conspiraciones y divisiones, lo que quiere es apoyo a su candidatura. Ya te sientes inseguro.
Mi fuente era la más cercana a Hugo Chávez. Señala que en 1995 se discutieron cuatro escenarios en el grupo de análisis. Golpe militar, rebelión social, su combinación y acontecimiento electoral. Excluyendo golpe y rebelión, Chávez optó por ir a las elecciones de 1998. Mi fuente dice que el chavismo está trabajando hoy en diferentes escenarios. Y mucho menos la candidatura de Maduro, entre otros. El costo de mantenerlo en el poder ya es demasiado alto. En el chavismo creen que las primarias opositoras serán exitosas, aumentando aún más el costo. El dilema es si dejar que continúen las primarias o, como resultado, cancelarlas. Sin embargo, el costo seguirá aumentando en el escenario donde el gobierno cancela con la decisión del TSJ.
Aquí viene el punto de emergencia. ¿Y quién será el candidato? ¿Quién reemplazará a Maduro?
Mi fuente dice: Todavía no han mencionado nombres.
Mi fuente lo confirma: no habrá Diosdado Cabello.
Mi fuente afirma que el viaje de Cabello a Cuba fue para hablar de la candidatura de Maduro.
Mi fuente asegura que Cabello quiere tener la última palabra, ser el gran votante del candidato.
Mi fuente asegura: Cabello, que siempre ha rehuido a los cubanos, no viaja a Cuba para estrechar lazos entre el PCC y el PSUV.
Hay un precedente. Al morir Chávez, Cabello quedó excluido del círculo del poder. Fue a Cuba y les dijo: Sin mí se cae Maduro y se puede perder la revolución. Los cubanos lo hicieron. Apoyó a Maduro hasta que consiguió su propio avión. Ahora Cabello cree que ha llegado el momento de volver a salvar la revolución. Pero la candidatura de Maduro no es garantía de éxito ni de estabilidad futura.