Cuando se habla de arte o se habla con un artista, un tema convincente es cuál es su técnica. Para Oswaldo Viegas, uno de los principales baluartes del arte nacional, “la tecnología es algo que se puede adquirir, dejar y cambiar”, dijo en una entrevista de 2013.
El artista que ayer creaba obras con una técnica muy diferente cumplirá 100 años, convencido de que “lo que se dice es importante. Si no tienes nada que decir, encuentra una técnica, exprésala y vive con ella”.
Nacido en la ciudad de Valencia, Vigas era descendiente de Arturo Michelena por parte paterna. De ahí, quizás, venga la vena artística que cultivó desde los 18 años cuando se mudó a Guacarra, donde comenzó a pintar y donde, apenas un año después, publicó su primera obra importante conocida: el libro de poemas pictóricos.
Posteriormente se trasladó a Mérida. Allí combinó su pasión por el arte con sus estudios de medicina en la Universidad de los Andes, finalizando en la UCV de Caracas en 1949; Sin embargo, no podía practicar correr.
Siempre lo he logrado. Simultáneamente a sus estudios, Vigas produce obras en las que la figura humana es la inspiración, vista como el origen. De allí surgió una vasta producción artística que fue atemperada por su gusto por lo ancestral.
Esta obra fue galardonada con el primer premio en el primer salón de pintura realizado en el Ateneo de Mérida, marcando el final de una década de nuevas formas de expresarse mientras este artista incipiente y en crecimiento revelaba sus talentos. público Una agresividad que empezó a caracterizar su obra tras descubrir la cerámica precolombina y adquirir sus líneas.
En 1952 recibió el Premio Arturo Michelena (que luego le sería otorgado en 1960 y 1964) y el Premio Nacional de Artes Plásticas. Tras codearse con Manuel Cabre, Martín Durban, Pedro Ángel González, Rafael Ramón González y Rafael Monasterios, se traslada a París, donde participa en los movimientos artísticos de la época mientras estudia Historia del Arte. En la Sorbona.
Su inspiración siempre ha venido de su sensibilidad por las cosas sencillas: una buena conversación, escuchar música, leer o cocinar. “Cuando alguien es tan emocional como yo, no me gusta insistir demasiado en los recuerdos, pero me hace no solo reír, sino también llorar”.
Aunque sufrió un derrame cerebral en 2005, nunca dejó de crear. Fue pintor, muralista y escultor. Murió el 22 de abril de 2014 a la edad de 90 años.
gran bruja
La obra por la que Vigas ganó el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1952 fue La Gran Bruja, inspirada en la cultura YAU, que marcó su identidad y desplegó su lenguaje propio, que suele pasar cuando se rompen esquemas, impactando porque era diferente. . De las corrientes pictóricas imperantes en el país.
Cargados de simbología y linaje, están inspirados en los petroglifos y estatuas precolombinas de Vigirima que conoció desde su infancia.