El Papa Francisco llegó hoy al Santuario de Fátima en Portugal, donde fue recibido por miles de fieles que lo esperaban con entusiasmo y devoción. El Papa rezó por la paz en Ucrania y visitó a los enfermos en la llamada Capilla de las Apariciones, donde según la tradición católica la Virgen María se apareció a tres pastorcitos en 1917.
Francisco viajó en helicóptero desde Lisboa, donde participó en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que reunió a un millón de personas. Al llegar a Fátima, viajó en un papamóvil descapotable y recorrió las calles del santuario, saludando con la mano a las multitudes que lo vitoreaban. En varias ocasiones, el Papa dejó de acariciar a algunos niños que le traían sus padres.
Se dirigió a la Capilla de la Aparición, donde rezó el rosario con los romeros y encendió una vela. Luego, se traslada al altar mayor, donde celebra una Misa y consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María. En su homilía, Francisco recordó el mensaje de paz y conversión que la Virgen transmitió a los Pastorcitos y les pidió rezar por el fin del conflicto en Ucrania, que ha causado miles de muertos y desplazamientos.
Después de la Misa, el Papa visitó a los enfermos que acudían al santuario, a los que impartió la Bendición Apostólica y los animó a confiar en Dios y en su misericordia. Francisco les dijo que eran “amados de Dios” y que su sufrimiento tenía un valor redentor.
Terminó su visita a Fátima con un almuerzo con los obispos portugueses y un breve encuentro con el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa. Luego, regresó en helicóptero a Lisboa, desde donde partió hacia Roma.
Fátima es uno de los lugares de peregrinación más importantes del mundo y ha sido visitada por siete papas desde Pablo VI. Francisco visitó el santuario por primera vez en 2017, con motivo del centenario de la aparición.