Venezuela Informa
Hoy, alrededor del mediodía, una familia se reunirá frente a una tumba en el cementerio de Edgware en Inglaterra. Habrá dos o tres canastas, un mantel en el pasto, bocadillos, bocadillos, algo de fruta y definitivamente más de una botella de vino. Dirán una oración, luego llorarán un rato pero se reirán, recordando anécdotas divertidas, respuestas agudas y algunos escándalos que por momentos causaron dolor pero que luego se convirtieron en comedia, recuerdos felices.
Por Venezuela Informa
La mujer que yacía en la tumba tendría unos 40 años. Pero para quienes lo aman, siempre tendrá 27 años. Es imposible imaginarlo creciendo. El recuerdo quedó congelado en su juventud, en ese momento, esos años cortos e intensos, donde todo pasaba tan rápido, en los que se acumulaban la gloria, el descontrol y el dolor.
Cada 23 de julio, en cada nuevo aniversario de su muerte, la familia de Amy Winehouse se reúne frente a la tumba de la cantante. Lloran su prematura muerte y celebran su vida.
“Tú mataste a tu hija”, “Asesino”. Durante mucho tiempo, tuvo que soportar que lo señalaran en la calle. Lo acusaron de ser ambicioso, explotador, negligente, imaginario. A veces bajaba la cabeza para que no pudieran ver su grito, otras veces se enfurecía y quería golpear a la persona anónima que profirió el infame grito.
Mitch Winehouse es un hombre alto y canoso. Se mueve con decisión, como si hubiera subestimado cada obstáculo que se le presenta. Es una de esas personas que están muy seguras de sí mismas. Sin embargo, su comportamiento se ensombrece cuando alguien menciona la muerte de su hija, su hija.
Mitch Winehouse, el padre, se convirtió en una personalidad mediática. Le encanta la notoriedad, aparecer en cámara. Señuelo de la fama. Cada vez que ve a un reportero, su pecho se hincha y una sonrisa estalla en su rostro, sin importar la situación o las circunstancias. Una sonrisa natural y espontánea; Prueba de satisfacción por un minuto más de fama.
Diner, no reconoció el problema de su hija hasta que fue demasiado tarde. Ausente durante la mayor parte de la vida de su hija, al menos hizo su aparición en el momento oportuno.
La película biográfica de Amy Back to Black comenzó a rodarse a principios de este año. Mitch es interpretado por Eddie Marsan. Después de enterarse de la decisión, el Sr. Winehouse quedó un poco alborotado. Le parecía que el intérprete no estaba a la altura de su propia leyenda. Estaba convencido de que una leyenda de Hollywood como George Clooney, alguien —según Mitch— con el prestigio necesario y las canas para encarnarlo, debía interpretar a alguien tan extraordinario como él.
Esta carrera es para actuar frente al padre de Amy. Cuando la joven murió, muchas personas señalaron con el dedo a la familia. Como muchos fanáticos culpan a los padres, señalan a los tabloides británicos que acosaron e incluso acosaron a Amy por exponerse en público.
Parecía que los tabloides británicos intentaban mantener a la vista un trozo más del cuerpo que se desintegraba. La debilidad del cantante no despertó ninguna simpatía; Muy al contrario, alimentaba su voracidad. Los paparazzi, por docenas, estaban apostados permanentemente en la puerta de su casa. Ser testigo de maquillaje corrido, sangre en su ropa, conflictos maritales o tal vez un colapso físico era una posibilidad siempre presente en la caótica vida de Amy. Y nadie estaba dispuesto a perdérselo. La banda sonora de cada una de las apariciones públicas de la cantante fue el clic de un flash fotográfico. Amy se derrumbó en tiempo real ante los siempre frugales paparazzi. Una nube de fotógrafos lo acompañó hasta la entrada de su ingreso hospitalario.
Hoy, Mitch Winehouse dice que algunas cosas han cambiado en los últimos años, hay un poco más de respeto, que tal vez si sucediera hoy, su hija no sería apedreada en las primeras planas de los tabloides y programas de chismes, que no tendría que soportar la presión extra. Una ucronía irrelevante.
Lo cierto es que la sociedad ha aprendido a cuidar y entender más todo lo relacionado con la salud mental.
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