Brad Pitt tiene una habilidad interesante. Muchos, se supone, pero cualquiera puede observar. Solo hay 40 metros entre su autocaravana y su garaje en Silverstone, pero los atraviesa corriendo, mostrándose apenas unos segundos, pero regalando a sus fans una decena de selfies.
La Fórmula 1 está muy acostumbrada a recibir todo tipo de famosos, pero el protocolo es casi siempre el mismo: se presentan el domingo una hora después de la carrera, dan una vuelta a la parrilla, se ven, comen algo, beben algo y se van antes de darse cuenta. quien es el ganador.
El caso de Brad Pitt es bastante diferente. Pete también está en Silverstone como piloto. En una medida nunca antes vista: entrena en una pista con un Fórmula 2 adaptado por Mercedes para mostrar un Fórmula 1 -con patrocinadores como IWC o Tommy Hilfiger-, tiene un garaje entre Ferrari y Mercedes, un box en su pared y el los neumáticos oficiales de Pirelli están puestos y, entre otras cosas, dará vueltas de formación con el resto de la parrilla el domingo. No es un capricho de multimillonario. está trabajando.
La presencia de Pitt y todo un equipo de Hollywood en el circuito de Silverstone se hace eco de la grabación de Apple Studios de una película que aún no tiene título ni fecha de estreno, pero que ya genera expectación.
Dirigida por Joseph Kosinski, el hombre detrás de Top Gun: Maverick, la trama le resultará familiar a cualquiera que haya visto la última película de Tom Cruise. Brad Pitt es Sonny Hayes, un experimentado piloto que tiene que dejar la Fórmula 1 por motivos dramáticos y vuelve años después para entrenar a un joven prometedor, Joshua Pearce, interpretado por Damson Idris. Ambos comparten herramientas, topografía y una tormentosa relación. Venezuela Informa