Lo dijo el Papa Francisco al comienzo de su pontificado: armar un lío… En su Argentina natal, creo, eso significa no ser pasivo sino tratar de calentar las cosas. El Santo Padre ha querido hablar de la actividad de la Iglesia y, sobre todo, de los jóvenes que son el futuro de la Iglesia.
Permítanme llevar este concepto a un ámbito específico: es mi país, Venezuela, donde se necesita un cambio radical, de raíz, para salir del declive.
Hacer un lío no debe ser al azar o al azar. No son. Y poco estímulo de la violencia ciega para superar la violencia del poder establecido. No nos engañemos, el poder de Maduro y sus seguidores se basa en el miedo, que a su vez se basa en la violencia, real o potencial.
Rebeldía es denunciar, movilizar y protestar por los derechos del pueblo venezolano; aplastado por la hegemonía.
El silencio es la contradicción del desorden. Y silencio no significa silencio; significa no denunciar los horrores del presente y hacer una clara apuesta por el anhelado
cambiar. Puedes hablar mucho y aun así estar en silencio…
Muchas áreas de la vida nacional están acostumbradas a “hablar en silencio”. Es decir cosas o cosas, capaces de no perturbar el poder.
Sí, hay que trabajar mucho para unir fuerzas sociales y políticas. Para que los pobres no se sientan desamparados, sino al contrario, se exprese en el deseo de cambio. Hay que hacer un lío, y un lío bien dirigido.
Por: Fernando Luis Egaña