San Juan de Mariara se remonta a finales de 1800 y fue celebrado por un hombre llamado Julio Torres. Hasta el momento no se conoce la fecha exacta de creación de la estatua y mucho menos quién la talló.
Valencia. El 25 de junio de cada año en la localidad de La Toma, municipio de Diego Ibarra de Carabobo, suenan los tambores y solo significa San Juan bautista Volvió a la calle y cuando el santo volvió a la calle se sintió alegría y entusiasmo.
Carlos Motta es el presidente de la fraternidad, creyó en el santo desde muy pequeño, pues su familia es sanjuanina. Sobre sus hombros recae la responsabilidad de organizar el festival.
El apego es tan cercano que la pequeña capilla donde se encuentra San Juan está justo enfrente de la casa donde vive su familia desde hace muchos años.
“A la edad de cuatro o cinco años estaba en tradicional. Soy uno de esos niños que ves con el tambor. Hay tantos recuerdos de mi infancia con San Juan. Llevan más de 25 años. Mientras los otros niños jugaban al escondite, nosotros jugábamos a San Juan, jugábamos con palos y muñecos”.
Su abuelo también fue presidente de la fraternidad, cargo que también ocuparon familias como: Tovar, Mottas, Sánchez, Carrillo, entre otros.
una palabra de pueblo
San Juan del Pueblo, como se le conoce coloquialmente, es el más antiguo de Diego Ibarra y el eje oriental de la carabobo. En su día, el presidente Juan Vicente Gómez, año tras año regalaba la fiesta.
Hoy, la hermandad con el apoyo de habitación de la ciudad por Diego Ibarra creó la orden de San Juan del Pueblo en primera, segunda y tercera clase, en reconocimiento a la labor de destacados sanjuaneros.
Si algo tiene claro Motta es que para él. San Juan significa libertad y reencuentro. La razón es que durante la época de la conquista, la población esclava escapaba a San Juan como una forma de volver a ver a sus seres queridos.
San Juan de Mariara se remonta a finales de 1800 y fue celebrado por un hombre llamado Julio Torres. Hasta el momento no se conoce la fecha exacta de creación de la estatua y mucho menos quién la talló. Durante su dilatada trayectoria ha descansado en diversos lugares como El Guamache, La Hacienda y ahora La Toma.
En Mariara hay unas 18 fraternidades, pero La Toma’s es la más importante.. En un recorrido de seis horas este año visitaron comunidades como: Pueblo Nuevo, San José, 19 de Abril, Libertador y Las Fajinas. Recibieron gente de Aragua y de todo Carabobo, pero sobre todo de los municipios del oriente. “Por eso la gente dice, vente a San Juan del Pueblo”.
Motta estima que este año al menos 600 personas asistieron a la procesión. “A medida que avanzamos, se unen”.
Clase
Uno de los asistentes a la fiesta fue Sergio Hernández, Un ginecólogo llamado Mariano, por problemas familiares, acabó teniendo que confeccionar la bata que llevaba San Juan.
En su opinión, Juan era el camino a Jesús, porque era su deber anunciar la venida del Señor.
Muchos creían que él sería el salvador, pero John tenía claro cuál era su papel.
Llegó a la tradición a través de una tía, quien durante los primeros cinco años de la década de 2010 le pidió que la ayudara a hacer un vestido para San Juan del Pueblo. “Ella cortó y yo bordé con lentejuelas y cristales de Swarovski”. Tres años después, se creó otra capa, esta vez por invención de Hernández, llena de detalles y minuciosidad. “Hay que saber hacerlo para que ondee con el viento y resista las típicas lluvias sanjuaninas”.
La tercera capa, implementada este año, incorpora elementos de Diego Ibarra como el Torreón de Mariara, símbolo de la ciudad, los dos pavos reales, la fachada del edificio. templo parroquial y cuadros de la Virgen del Carmen.
tambores antiguos
Hernández cree que las tradiciones de San Juan son más un proceso Es un baile en honor al santo. Son tambores con un ritmo famoso y especial en honor al patrón.
Johan Pérez es baterista y no deja su instrumento desde los 13 años. Pérez afina los tambores: coloca el instrumento a unos 30cm de la estufa para darle firmeza a la piel y afina los tambores para que suenen como deben, ya que para Pérez los cueros de las reses aún están muy “acuosos”.
Hizo esto durante al menos una hora, y con una botella de ron, se vertía un poco de líquido en la mano y se lo frotaba en la piel. Así, él también aprovechó para congraciarse con unos tragos, mientras las mujeres hacían el sancocho. Tanto Hernández como Motta dicen que esto es parte de la tradición y cada uno ayuda a que San Juan pueda salir a la calle y honrar a los que ya no están.
De hecho, tres días antes del día 25, fallecía la sanjuanera más anciana, mujer conocedora de la tradición y encargada de llevar en brazos a San Juan. Sin embargo, su legado prevalece gracias a que la UNESCO el 14 de diciembre de 2021 los ha honrado como patrimonio inmaterial de la humanidad.