Desde la época colonial hasta la actualidad, las fiestas en honor a San Juan Bautista han tenido singular importancia en el estado Miranda, especialmente en los pueblos de Valles del Tuy y Barlovento donde se asentaron los “africanos”. El patrimonio está declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Otros pueblos de Mirando también mantienen vivo y hacen cumplir el culto a San Juan, como es el caso de Guaranhas, Guatir, Takata y Carrizal, este último municipio celebra las fiestas de este santo como su patrón desde que fue elevado a rango eclesiástico. El 17 de febrero de 1826, la parroquia recibió el nombre de San Juan Bautista de Carrizal.
Es tradición en Miranda que la fiesta del santo comience el 1 de junio y los devotos celebren la velada de la víspera de San Juan, es decir, la noche del 23 de junio, ya que este antiguo símbolo religioso, cultural y popular del progreso. Vendimia y culto típico de San Juaneros.
En honor a San Juan Bautista la velada continúa hasta el día siguiente dando la bienvenida a la fiesta con varios grupos de tambores.
Las imágenes de San Juan están decoradas con papel de colores, flores, telas y palmas. Por la noche llega el tamborilero redondo y se pone a “cantar” frente al santo para dar inicio a la primera vigilia. A altas horas de la noche se escuchan tambores minar en las calles y tambores redondos en la casa de los hermanos que custodian el ídolo del santo.
En esencia, la danza del tambor comienza frente a la puerta de la iglesia principal de cada parroquia de Miranda. Los feligreses se distribuyen alrededor del tambor, alrededor del cuadro de cada santo y por toda la plaza. La campana suena al introducir al santo en el templo antes de que comience la Eucaristía y después de que termine la Misa.
Variación de expresión
La caracterización de la festividad al santo “que todo lo tiene y todo lo da” varía significativamente de una población a otra. El tambor de barlovento, en sus diversas formas (ridondo, culo y’pua, mina y kumako) se convierte en parte espiritual esencial del barlovento de domingo a domingo. En Guatire son tambores, platos de peltre y charrascas; En otros ámbitos es Mina con karbatas, voces solistas con coros, guardias y son de maracas; y conjuntos esféricos.
En la celebración de San Juan del Tuer cobran vida los tres tambores tueros (alante, segundero y un solo palo), expresión musical de esta ciudad, con características únicas, que se han conservado en el tiempo gracias al empeño y al cariño. miembro de colono El baile del tambor está abierto a la participación directa de las personas que lo deseen, y sus aires y tonadas son “Caminero de San Juan”, “Redondo”, “Inca” y en ocasiones “Corojo”.
San Juan del Tuy
Otras localidades mirandas donde la celebración y veneración de San Juan Bautista conservan sus matices tradicionales son Ocumare del Tuy, Yare, Santa Teresa y Santa Lucía del Tuy. En este valle del Tueros, los señores de las antiguas haciendas de la época dieron inicio a la celebración. Los afrodescendientes huían de las haciendas vecinas al son de los tambores y terminaban en el pueblo de San Francisco de Yare, lugar de reunión de los negros en el Tui.
Así, el 24 de junio se convirtió en un día de fiesta y descanso para los esclavos, donde bailaban al son de los tambores y entonaban himnos edificantes alusivos a sus dioses, al amor, a sus antepasados, a sus vivencias, bebían aguardiente y protestaban. Golpe y tambor por el maltrato y la injusticia que sufrieron a manos de los terratenientes españoles.
Festejando los 274 años de la danza Ocumare
La celebración en Ocumare del Tuy data de 1749 y a partir de 1915 se tocaron las primeras campanas en la iglesia, el cura sacó a San Juan y se lo entregó a la gente del pueblo donde festejaban con él y iban de casa en casa pidiendo prenda o alguien llamado “Juan” Hombre o mujer llamado Juana. La imagen del Santo también fue llevada al río Okumarito, hoy tristemente contaminado, para bañarse en sus aguas.
Hoy, los campesinos continúan transmitiendo sus conocimientos a las nuevas generaciones en escuelas, liceos y comunidades para proteger este valioso aporte a nuestra amada África, en la región afroindígena de los Valles del Tuer.
La imagen más antigua que se conoce de San Juan se encuentra en Ocumare del Tuy, cuya estatua data de hace unos 300 años. Está hecho de madera y se dice que ha sido transmitido de generación en generación a través de la familia Okuma. La primera escultura de la Santa fue Juana Isabel Orta (+) del sector El Calvario. Posteriormente, Pedro Izquierdo de la comunidad Calle El Medio lo encontró y ahora descansa en la casa de la familia Machilanda en el sector Chaparral.
293 años de tradición en Santa Lucía
En Santa Lucía, la fiesta se originó en la Hacienda El Vulcano, cuyos dueños amaban los ritmos, bailes y cantos que ejecutaban sus esclavos, permitiéndoles bailar en los patios de ladrillo donde se secaba el café y el cacao. Así nació “La Parranda de San Juan”, una de las manifestaciones más antiguas de los Valles del Tu. Según la gente de San Juan, fue alrededor de 1730. Era costumbre que las promesas se reunieran a las cinco de la mañana para bajar al río Gwyre a bañarse y luego celebrar misa.
Desde entonces se han realizado festivales de tambores tueros y grandes parandas en las comunidades de Tun-Tun, La Vega, Pueblo Arriba, Las Adjuntas, Sopire, Sequire, Macuto y El Nogal. Actualmente en la ciudad de Lucita, el 1 de junio se reparten las fiestas de San Juan por todas las calles de la ciudad.
En el municipio de Paz Castillo, la Hermandad “San Juan de Sopire” es una agrupación con más de 170 años de tradición.
La imagen de San Juan fue elaborada hace más de 129 años por el Sr. Luis Alberto Espinoza, por encargo de la madre del Sr. Eduardo Rodríguez (+) quien organizaba la fiesta en el pasado. La estatua mide 90 cm de alto, flanqueada por un carnero, en su mano izquierda porta una bandera roja y verde, con un libro a sus pies. Aunque la figura de San Juan “El Parandero” es pequeña, porta un sombrero rojo y verde de ala ancha, una bandera en la mano izquierda, verde con apliques rojos, y una capa en la misma combinación.
Se celebran en Barlovento desde el siglo XVIII
Las fiestas de San Juan más conocidas en el estado Miranda son Curipe y Tacarigua, que datan del siglo XVIII, cuya organización ha estado a cargo del Grupo Folclórico Curipe del municipio de Brien (en Higuero) en los últimos años. Al comienzo de la tarde del día 23, los tamborileros están “abriendo boca”, es decir, calentando la actuación que aún no ha cobrado toda su vitalidad con el tambor Mina y carbata ubicados a un costado de la plaza y “tambor de curipé”.
En la madrugada del 24 de junio, día de San Juan Bautista, las campanas del Templo de la Inmaculada Concepción de Cupira repican al son de cañonazos. En este día de San Juan Bautista en Cupira, los feligreses acuden al templo de la ciudad, para ver obras religiosas en honor a San Juan Bautista; Y posteriormente, por la tarde, la procesión de la imagen recorre todas las calles de la ciudad de Berlovante.
Programación de fiestas en honor a San Juan de Curipe
Del 23 al 25, la población de Curipe celebra la festividad en honor a San Juan Bautista, manifestación cultural y religiosa desde hace más de 302 años en la ciudad del Municipio Brión (Higuero), en el Estado Miranda.
La campaña será oficiada por Monseñor Tulio Ramírez Padilla, Obispo de la Diócesis de Guaranés en la iglesia de Nuestra Señora de Altagracia el 24 de junio a las 9 a.m.
Tambores, campanas y fuegos artificiales en el exterior de la iglesia, acompañados del traslado de la imagen a la Casa de la Cultura, a ritmo de Malomb, tendrá lugar a las 12 horas.
Para el domingo 25 de junio comenzará a las 14 horas el recorrido de la imagen de San Juan Bautista, con gente al ritmo de Malembe. Y en la iglesia de Nuestra Señora de Altagracia, el entierro de la santa se realizará a las 18:00 horas.